Extracto del artículo publicado en www.portalesquizofrenia.com
Hacía falta un acontecimiento así en nuestro país. Este género se lo merece, por su historia, legado musical y la huella que ha dejado en tantas personas. Pero había que hacerlo bien, muy bien, y era necesario que fuera dirigido por alguien cuya pasión y conocimiento estuvieran a la altura de tal idea. Esa persona no podía ser otra queCarlos Pastor. Esa fusión de amor eterno hacia la música, el conocimiento de su ejecución y una mente de por sí inquieta y llena de ideas ha provocado este repaso a la historia del rock progresivo llamado Rock Con Fónico que tuvo lugar el pasado 28 de febrero en la Sala Tarambana, un pequeño y acogedor teatro de barrio con un aforo de unas 100 personas en pleno Carabanchel que se ha convertido en un lugar casi de andar por casa, tanto para estos músicos como para los que acostumbramos a disfrutar de grupos tributo como Harold and the Barrels o La Ruta de la Seda allímismo. Da gusto comprobar cómo, a día de hoy, hay locales que confían y apuestan por esta música tan poco convencional con la que está cayendo.
Un evento tan especial no sería igual sin algo diferente y que le diera más personalidad aún. El espectáculo en sí y, posteriormente, cada canción, fueron presentados desde la mesa de sonido por mis queridos compañeros de Radio Subterranea Alexandro Baldassarini, Ricardo Hernández y David Pintos. También protagonistas de la noche, dieron paso a los temas aportando datos de interés, algunas anécdotas y, como no, cierta dosis de humor. Cualquiera que estuviera escuchando y observándoles entre el público, habría palpado la ilusión y alegría con la que se dirigieron a los presentes.
La estructura del concierto estaba perfectamente ensamblada y pensada por Carlos Pastor y el primer tema tenía que ser algo que impactara al público. ’Duke’s Intro’, de Genesis, lo es y la formación actual de Harold and the Barrels compuesta por Carlos, a los teclados; Fernando Sánchez, a la batería; Guny, al bajo, y Miguel Ángel Calviño a la guitarra, abrieron de esta forma aquella noche mágica.
Todo tiene unos orígenes, unas raíces, y para el rock progresivo, una de ellas fue, sin duda, la apuesta musical de The Beatles de finales de los 60. La sala se llenó de psicodelia con ’Strawberry Fields Forever’, increíblemente cantada por Juan Talavera. Toda una sorpresa que nadie esperábamos y que fue incluida en el repertorio con toda la lógica del mundo.
Más sorprendente fue la elección del primer bombazo de la noche: ’Starless’, de King Crimson. ’¿Cómo se atreven?’, pensábamos muchos. Si se atreven es porque pueden, y es que, estos genios clavaron esos 12 minutos desde el melancólico comienzo, pasando por la esquizoide sección central hasta desembocar en el apoteósico clímax. La voz corrió a cargo, esta vez, de otra cara conocida: Ugo de Benedictis, quien fuera uno de los baterías de Harold and the Barrels, esta vez en su menos conocida faceta de cantante con resultados sorprendentes. Aunque el gran protagonista de la pieza fue Lorenzo Azcona al saxo. Nos dejó a todos literalmente clavados en el suelo del teatro con su magistral lección. Para muchos de nosotros, la interpretación de este clásico fue lo mejor de la noche.
Tras la euforia y ovación provocada por ’Starless’, llegaba el turno de tranquilizarse con las cálidas melodías de ’Sylvia’, de los holandeses Focus, primer tema en el que pudimos disfrutar de la guitarra de Adrián Fernández. Pero de pronto, al acabar la canción, salta al escenario un personaje de pelo rizado y vestimenta ciertamente familiar. ¿Es Ian Anderson? No exactamente, pero casi. Es José Luis de Molina ’Ifna’homenajeando a la voz y carisma de Jethro Tull en ’Hymn 43’. Un cantante con una presencia escénica de lo más llamativa de la noche. El bajo corrió a cargo, esta vez, deMariano Juárez, otra cara familiar, como también la es la del flautista José Manuel Romo, otro habitual de los conciertos de La Ruta de la Seda.
Sin salir Ifna del escenario, Fernando le cede la batería a Antonio Sánchez y Mariano hace lo mismo con el bajo al genial Francisco Lalanda y se marcan un clásico de Yescomo es ’Long Distance Runaround’.
Después de tres temas breves, tocaba algo de proporciones más épicas y extensas.Camel era una de esas bandas infaltables, más aún teniendo en cuenta quién es el artífice del proyecto. La formación de La Ruta de la Seda interpretó la querida ’The White Rider’, del ’Mirage’ (1974), uno de esos clásicos inmortales del progresivo. Siempre es un gustazo escuchar y vivir en directo este tema tocado con extrema precisión por estos expertos, fieles al sentimiento y la emoción que Andy Latimer y compañía le dieron originalmente.
Todo buen repertorio que se precie ha de tener una sección más relajada, fundamentalmente por dos motivos: para provocar otro tipo de sensaciones en el público, más serenas y pausadas, y para relajar a los propios músicos, que también agradecen unos minutos de música más tranquila para después volver con más fuerza. Todos contábamos con que Pink Floyd iba a estar presente de alguna manera, quizás con alguno de sus clásicos como ’Time’ o ’Shine On You Crazy Diamond’. Pero no fue así. Una de las grandes ventajas de un espectáculo así es que uno se expone a escuchar cualquier tema de cualquier grupo. Es decir, puede ser un clásico esperado por todos o alguna joyita más oculta en la discografía. Y no es que ’The Great Gig In The Sky’ sea un tema precisamente desconocido por el público, pero sí es cierto que no es el primero que se le viene a la cabeza a uno cuando se nombra a Pink Floyd. Y es que Carlos Pastor estaba dispuesto a sorprendernos a todos los niveles. Nuevos músicos en el escenario: Jorge Jiménez, a la batería, y Jesús Colomina, al bajo. Pero, sobre todo, todos los ojos estaban clavados en Lourdes del Pino, la voz femenina que se encargó de rendir tributo a esta pieza. Lo hizo a su estilo, sin intentar emular a Clare Torry o a las diferentes vocalistas que han seguido el estilo de la original. El resultado le puso la piel de gallina a muchos, a otros no les convenció tanto, quizás porque se esperaban algo más parecido a la versión original, pero, como suele ocurrir en estos casos, todo es cuestión de gustos porque, al fin y al cabo, si hay algo que Lourdes demostró esa noche fue una larga experiencia sobre los escenarios.
Conocidos como el supergrupo por excelencia del progresivo clásico, ELP (Emerson, Lake and Palmer) estuvieron representados por esa serena joya llamada ’From The Beginning’, una de esas baladas que tan bien componía Greg Lake. Aquí, volvían Fran y Ugo a escena y Carlos Pastor nos deleitó, nota a nota, con ese solo final de sintetizador tan característico de este tema.
Flo Allen a la guitarra se une a la banda y se atreven con la esencia barroca de ’Talybont’, del álbum ’Free Hand’ (1975) de Gentle Giant. Apenas tres minutos de delicia que sirven de entrante para el cañonazo épico de más de 20 minutos ’Supper’s Ready’, de Genesis. Los Harold and the Barrels al frente enfrentándose a este tema que lo interpretan como si lo hubieran compuesto ellos mismos, con una soltura y una valentía, que parece hasta fácil. Lo que también es fácil es perder la cuenta de las horas de ensayo que debe haber detrás de todo esto. Por supuesto, los cinco están absolutamente sublimes en este tema, pero a Juan Talavera se le debió aparecer una musa esa noche. Y es que este señor siempre lo da todo en el escenario, pero en esta ocasión, lo que le salió fue la mejor interpretación vocal y escénica de este tema de la que, al menos el que suscribe, ha sido testigo. A este humilde asistente le faltó arrodillarse ante tal grandeza, si no fuera por el poco espacio disponible a mi alrededor debido a una sala, por cierto, absolutamente abarrotada.